Archivo de la categoría: Entrevistas

Entrevistas realizadas por Jaime Gonzalo a otros autores, artistas, etc.

José Luis Moreno-Ruiz: La demolición de la movida

Alaska, Sigfrido Martín Begué, Fabio de Miguel, Blanca Sánchez, Antonio Alvarado y Tino Casal. Foto: Pablo Pérez Mínguez.

En el pasado número de febrero (230) de la revista Cáñamo se publicó una versión abreviada de esta entrevista con José Luis Moreno-Ruiz al hilo de su libro La movida modernosa. A continuación el texto completo:

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José Luis Moreno-Ruiz: La demolición de la movida

Texto: Jaime Gonzalo.

Traductor de Conrad, Melville, Chesterton y Stevenson; autor de novelas, relatos y ensayos; protagonista de un par de discos en colaboración con Javier Corcobado; intrépido reportero de Interviú, José Luís Moreno-Ruiz (Santander, 1953) fue también durante los años 80 conductor de uno de los más valorados programas de Radio 3, Rosa de sanatorio. En las tripas de ese radiofónico ente fue testigo directo de las peristaltias políticas y económicas, del arribismo y los enconos intestinos que facultaron la modernización estética de España cuando el PSOE se hizo con el poder y con la movida, expurgándola de espontaneidad y muchas cosas más. La movida modernosa: Crónica de una imbecilidad política (La Felguera, 2016) escruta con pasmosa y polémica incorrección el subvencionamiento de la mediocridad artística, la manipulación mediática y las triquiñuelas políticas que durante aquel periodo se escenificaron en aras del constructo democrático. Un libro culto pero divertidamente locuaz que irritará a muchos y deleitará a otros tantos, donde todos o casi todos aquellos que chuparon de la rueda movideña —Almodóvar es un claro ejemplo— sirven de diana a una brutal sinceridad que se hunde como dardo en corcho.

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Miquel Amorós: La nostalgia por el rock puede ser un arma de lucha

Miquel Amorós

El pasado mes de julio se publicaba una entrevista que realicé a Miquel Amorós que, debido a su extensión, fue reproducida incompleta. Recuperamos aquí en su integridad la versión original, dado el interés del entrevistado y sus respuestas. Seguimos viéndonos por aquí y por allí, que nadie lo dude.

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No es experto en rock, pero ha escrito un clarificador análisis sociopolítico con el que rescata del olvido su carga revolucionaria. Poderoso emisor crítico, erudito de anarquismo y situacionismo, bajo su bondadosa apariencia de jubilado renuente a la pasividad ruge un insobornable pensador. Sus ideas ayudan a explicarnos mejor el mundo en el que (no) vivimos.

Hasta los muertos tienen que forcejear por la verdad. El protagonista de «La morte», uno de los cuentos fantásticos de Maupassant, acude al cementerio para llorar sobre la tumba de su amada, súbitamente fallecida. Allí es testigo de un hecho extraordinario. «Todos los cadáveres surgieron de sus tumbas, leyeron los mensajes inscritos por sus parientes en la piedra funeraria, y procedieron a restablecer la verdad. Escribieron todos al mismo tiempo, sobre la tierra de su eterna morada, la cruel, terrible y santa verdad que todo el mundo ignora o finge ignorar en vida». Mayor era la sorpresa del despavorido viudo al comprobar que su difunta esposa no constituía excepción. En su losa, donde él había dictado «Amó, fue amada y murió», ahora se leía «Salió un día para encontrarse con su amante, cogió frío bajo la lluvia y murió».

Se antoja desesperante procrastinar hasta la muerte no ya la colisión con la verdad sobre nosotros mismos, sino con la que afecta a aquello que nos determina la vida; quizá por lo desapacible de sus evidencias. Son muchas las voces sabias alertando al respecto, pero una de las más resonantes es la del historiador y ensayista Miquel Amorós (Alcoy, 1949). Ávido buscador de esa verdad que nos han programado para validar con mentiras y sucedáneos del vivir, sus charlas y escritos arrojan uno de los más estimulantes saldos del actual pensamiento crítico español. La aparición de un nuevo libro suyo nos pone en bandeja esta oportunidad para disfrutar, cuestionar y/o aprender de su lucidez.

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El pentateuco según Daevid Allen & Gong

En el número de verano de Ruta 66 he publicado un artículo-réquiem en memoria de Daevid Allen. Como complemento, sirva la exhumación de la entrevista e informe que aparecieron conjuntamente en el n.º 161 de la misma publicación.

Repitan conmigo: banana nirvana manana banana nirvana manana  banana nirvana manana  banana nirvana manana

¿ABURRIDO DE VIVIR SIEMPRE EN EL MISMO SISTEMA SOLAR? UN VIAJE AL UNIVERSO DE DAEVID ALLEN LE DEJARA COMO NUEVO. SU LEGENDARIO GRUPO GONG CONMEMORA 32 AÑOS DE VUELO CON OTRO ALBUM. NADA MEJOR PARA CELEBRARLO QUE REVISAR TAN ABULTADA SAGA V ENTREVISTAR AL PADRE NATURAL DE LA PSICODELIA BRITANICA.

Toda realidad puede ser diferente de aquella que creemos percibir directamente y que componemos con la ayuda de ideas que no se muestran pero que están activas. los árboles, el sol y el cielo no serían tal como los vemos si hubieran sido descubiertos por unos seres con ojos distintos a los nuestros, o que para el caso poseyeran otros órganos y que darían a los árboles, el cielo y el sol unos equivalentes pero no visuales

Marcel Proust

Eterno dilema el de la realidad de las cosas. Estas sólo lo son en la medida en que se nos ha enseñado a verlas, cabe siempre la posibilidad de que no existan como tales fuera de nuestra angosta jurisdicción sensorial y de que el mundo que las abarca sea tan imaginario como aquel o aquellos que no sabemos ni podemos visualizar, susceptibles así y todo de ser visitados ocasionalmente, sea mediante la voluntad del pensamiento o bajo la influencia de estímulos artificiales. Ver para creer es la consigna de una cultura, la nuestra, paradójicamente sustentada en la política y la religión, dos instituciones cuyo sentido no es otro que el de inculcar la fe en lo inaprensible, o sea en otros mundos, mientras en este el tiempo presente transcurre siempre y cuando el futuro hasta el que deben conducirnos, si cumplimos con las penalidades inherentes a tan perverso trámite, se mantenga permanentemente inalcanzable

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Victor Bockris. Marihuana para todos… También para Andy Warhol

Marihuana para todos

Entrevista con Victor Bockris publicada en el nº 185 de Cáñamo, a raíz del lanzamiento de El affaire de Burroughs y Warhol en Libros Crudos.


En breve Libros Crudos publica en España la traducción de «El affaire de Burroughs y Warhol», la última obra de Victor Bockris (1949). Conocido entre el público de rock por sus imperativas biografías de Lou Reed, Keith Richards y Patti Smith, las tres traducidas a nuestro idioma, caso igualmente del tomo dedicado a Velvet Underground, este británico instalado desde la infancia en Estados Unidos también se acredita como uno de los principales expertos en dos de las figuras fundamentales de la cultura popular del s. XX, Andy Warhol y William Burroughs. Con el primero trabajó en la Factory en funciones de reportero de la revista Interview, dedicándole el sabroso volumen «Warhol: The Biography». De Burroughs fue así mismo amigo e interlocutor, firmando el esencial «With Burroughs: Report from the Bunker», publicado en España bajo el título «Con William Burroughs: Conversaciones Privadas con un Genio Moderno».

Íntimo de la realeza social que hizo de Nueva York ombligo del cosmos, Bockris no se limitaría a practicar el ladino arte del chismorreo aprovechando su privilegiada posición en la Factory. Autor en sus diferentes obras de un profuso e incisivo mural de las vanguardias contraculturales y élites hip surgidas entre la generación beat y el advenimiento punk —y en tal sentido cabe destacar su ensayo «Beat Punks»—, este dandy de afilado perfil es mucho mas que un biógrafo o un cronista. Pocos han sabido exprimir tanto jugo a sus personajes como ha hecho él con los muchos pesos pesados que ha tratado a lo largo de su carrera: Allen Ginsberg, Susan Sontag, Terry Southern, Debbie Harry, Robert Mapplethorpe, Martin Amis, Richard Hell, Cassius Clay, etc. Sus entrevistas y libros suelen ser apasionantes y crudas disecciones de lo humano y lo divino, y de las conclusiones que en ellos viajan emanan rayos de alto voltaje intelectual.

Con «El affaire de Burroughs y Warhol», Bockris materializa el resultado de una de sus mayores ambiciones: reunir a ambas vacas sagradas en una serie de encuentros informales y grabar todas sus conversaciones. Más allá de lo que pudieran decir o decirse ambos, tan coetáneos pero tan antagónicos, lo importante de este proyecto, realizado a principios de los años 80 pero no plasmado hasta ahora —salvo pequeños fragmentos aparecidos en el libro sobre Burroughs—, reside en las agudas observaciones con que Bockris pone bastidor narrativo al asunto. Amenizado también por el concurso de secundarios de lujo, caso de Mick Jagger en uno de los episodios más tirantes, constituye en esencia una reveladora zambullida en el refugium peccatorum de la alta comedia humana neoyorquina, pero también en los pensamientos más lúcidos que de esta se desprendieron.

No pone reparos el autor, sino todo lo contrario, a que centremos la charla que en exclusiva nos ha concedido alrededor de uno de los epicentros de aquellas sísmicas épocas, la ebriedad y la relación que con ella mantuvieron Burroughs y Warhol. De hecho, Bockris también recaló profesionalmente durante una temporada en la drug magazine por excelencia, High Times.

En 1971 usted se graduó en la universidad, esto es en plena resaca contracultural. ¿Qué grado de desarrollo y articulación había alcanzado para entonces la cultura de la droga dentro y fuera del ámbito universitario? ¿Cuál era el concepto que sobre las drogas corría entre la juventud?

Los primeros años 70 fueron tiempos de gran confusión y mucho abuso de drogas. Mientras que en los 60 los camellos solían ser amigos tuyos, para entonces las drogas las controlaban elementos del hampa. La cocaína estaba por todas partes, lo mismo que la yerba, el alcohol, el ácido y derivados de esa familia. Yo siempre había sido muy cuidadoso con las drogas porque sabía que me iba a ganar la vida con mi cerebro y no tenía intención de destruirlo. Creo que el colapso de la contracultura originado por los ataques de la administración Nixon a los héroes culturales del momento, a través de canales como el fisco, el FBI, la policía y la guardia nacional, que asesinó a unos estudiantes en la universidad de Kent, creó un estado de rabia y turbación. La gira americana de 1972 de los Rolling Stones glamurizó la cocaína y la heroína hasta extremos insospechados. Vi a muchos estudiantes freírse los sesos en la universidad de Pensilvania, y me mantuve alejado de aquello. Pero la yerba fue una compañera esencial durante esos embriagadores tiempos. La yerba, más que ninguna otra cosa, fue lo que nos mantuvo unidos.

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Kevin Ayers. Hace tanto frío, aquí en el crepúsculo.

Kevin Ayers

Kevin Ayers. © Gorka de Duo.

[ENTREVISTA PUBLICADA EN DICIEMBRE DE 2007]

Se atrasa la entrevista una semana. Kevin Ayers está indispuesto. De hecho, ha debido ser ingresado de urgencias en un hospital. Cuando me entero de que su hígado es el culpable, no puedo sino librarme a una cruel conjetura. Displicentemente ingeridos a lo largo de los años, hectolitros de cognac y vino, por no hablar de otro tipo de espirituosos, auguran la peor de las pupitas. ¿Y si no sale de esta y me quedo sin entrevistarle? Mezquino por mi parte, lo sé, pero, qué le vamos a hacer, puede más el egoísmo de la curiosidad que cualquier consideración de índole compasiva.

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Macromassa. Todavía a salvo del exilio interior.

Macromassa

Macromassa

A falta de otros dos para que entrara en vigor la Constitución, y apenas unos meses después de que falleciera Franco y se entronizara rey a Juan Carlos Borbón, 1976 fue el primer año que España vivió en lo que se ha dado en llamar democracia. También fue el año que los Rolling Stones debutaron en nuestro país; el año que Patti Smith publicaba Horses, Phil Ochs se suicidaba, Supertramp pegaba el pelotazo con Crisis? What Crisis?, el punk y el movimiento industrial nacían oficialmente y John Lenon dirimía sus problemas con las autoridades estadounidenses.

En 1976, precisamente, también nacían en Barcelona dos bandas, seminales si bien por distintas razones, pese a que ninguna consiguió aquello para lo que había sido concebida: alterar las todavía rígidas estructuras de su época. Ambas serían consideradas introductoras de la filosofía punk en la península. Treinta y cuatro años después, siguen vivas y tenazmente ignoradas por la oficialidad. Hablamos de La Banda Trapera Del Río y Macromassa.

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