Severo correctivo propinaba la vida a Cancer Moon, al caerles en suerte una discográfica que, sumida en gansteril avatar, acabaría enterrando en vida su ópera prima, “Hunted By The Snake” (1990). Eso no desinflaría las idées de grandeur del dúo bilboarra. Tras emplear dos años en segar lazos contractuales con el sello Polar, atracaban en Munster, cumpliéndose así el sueño de Josetxo Anitua y Jon Zamarripa de grabar en el extranjero. No fueron muy lejos, Burdeos, ni dispusieron de demasiado tiempo para plasmar “Flock, Colibrí, Oil” (1992), el fruto de su permanencia en la marca madrileña, con la que tampoco se entendieron. No obstante, era la única que les dispensaba la oportunidad de dar continuidad a un primer trabajo, polémicas sobre la producción aparte, que había colgado las expectativas muy alto.
Jaime Gonzalo.