Puesta online hoy mismo, la edición de agosto de mi columna para Vice, «Aquila non capit muscas»:
Aunque la wikipedia se permita el perogrullo de considerarla “movimiento contracultural”, la Movida madrileña fue como mucho una inflada burbuja de distracción contra-contracultural. Epifenómeno de la Transición subvencionado por las arcas de ayuntamientos socialistas, aquella sugestión colectiva luego extendida al resto de España no tuvo otra misión que la de ilustrar a colorines un hipotético relevo generacional e ideológico, reforzando la difusa pero eufórica sensación de libertad y futuro que éste traía consigo, haciéndonos a todos los españoles más modernos, más divertidos y más chanantes que nadie, dentro y fuera del mundo mundial. Eliminando también, ya puestos, aquel poso intelectual, político y humanista que hubiera podido sembrar la tardo-contracultura transcurrida en este país durante la segunda década de los años 70.
Jaime Gonzalo.