Se publicaba ayer en El País este nuevo texto, donde aprovecho la salida de dos recopilatorios para hablar del underground 80s de Barcelona…
El reverso de la movida
Sonidos industriales, electrónica y riesgo confluyeron en el ‘underground’ barcelonés de los ochenta. Dos discos resucitan aquel espíritu
Hoy parecería normal, porque la tecnología lo permite y el poder de las corporaciones discográficas ha decrecido dramáticamente, pero entonces equivalía a insensatez. A principios de los ochenta, todavía huérfano el transcurrir cotidiano de ordenadores personales y del universo virtual, de crowdfundings y de otras plataformas, Klamm, un humilde pero sorprendente grupo de rock experimental que comenzaba a dar sus primeros pasos en Barcelona, rechazaba la oferta de debutar en toda regla, servida en bandeja por la entonces todopoderosa CBS.
En aquella década de lo que se dio en llamar la movida, con el personal musical ansioso por protagonizar su particular pelotazo, soñando con fichar por una gran compañía y amasar cifras de ventas, se desarrollaba en los subterráneos de la Ciudad Condal una filosofía que sin pretenderlo devenía contramovideña: un pensar y un sentir amamantados por el espíritu libertario que la capital catalana hospedaba durante el resurgir de la CNT en los setenta y el zeitgeist de la tardocontracultura local, que en las antípodas de la actual “economía colaborativa” alentaban proyectos colectivos basados en el cooperativismo.
Jaime Gonzalo.